Estrategias de manejo emocional

Colaboración de Constanza Báez, Psicologa.

¿Por qué nos sentimos mal durante la cuarentena?

Estamos en una PANDEMIA; una crisis a nivel mundial y con un cambio tan brusco de la noche a la mañana puede ser difícil lidiar con las emociones.

Te sentís raro y es normal. Hay incertidumbre y es normal tener miedo a lo desconocido porque no podemos controlar lo que no conocemos. Esa perdida de control y perdida de previsibilidad nos hace sentir inseguros porque no sabemos si lo que va a venir es bueno o malo. Y si es malo nos tenemos que poder proteger y debemos saber cómo hacerlo. Por eso vivimos esto en un estado de alerta constante.

¿Por qué sentimos tantas emociones?

Estamos en un proceso constante de duelo. Duelo por pérdidas reales, tales como la pérdida de la libertad, el contacto físico, las actividades de ocio, el trabajo etc. Y también duelo por y por pérdidas potenciales, tales como la salud, la estabilidad económica y la vida misma. 

Durante el duelo estamos en alerta constante y esto afecta al cuerpo; el sistema inmunológico se ve debilitado debido a que el cuerpo utiliza toda su energía únicamente en prepararse para defenderse de la posible “amenaza” de perder algo importante para nosotros. 

Nuestra atención puede que esté más dispersa, puede que nos cueste un poco más concentrarnos, podemos tener alteraciones en el apetito y en el sueño, e incluso puede repercutir a nivel físico, somatizando las preocupaciones.

¿Cómo podemos enfrentar estos malestares?

Empecemos por lo básico, revisemos las soluciones intentadas.

¿Tengo una rutina?

¿Estoy durmiendo bien?

¿Me estoy alimentando bien?

¿Estoy haciendo ejercicios?

¿Me estoy poniendo límites?

Como mencioné anteriormente, vivir en una situación que genera incertidumbre causa una falta de una seguridad sobre qué es lo que va a pasar en el futuro. Por lo tanto, tener una rutina planificada con horarios nos da un sentido de seguridad porque sabemos qué vamos a hacer en cada momento y el futuro se vuelve un poco más predecible.

Que tu rutina sea variada y divertida para que el cumplimiento de todas tus tareas básicas de lo laboral, tareas del hogar y el auto cuidado, sean siempre interesantes y no abrumadoras, pero acordate que no pasa nada si no seguís la rutina al pie de la letra todo el tiempo. Es simplemente una guía para que tus días estén más estructurados y puedas darle más sentido.

¿Qué me falta para sentirme mejor?

“Me falta poder salir” “Me falta ver a mis amigos” “Me falta que todo esto se acabe” etc, etc… Si respondiste esta pregunta similar a estas respuestas entonces sentís que te falta algo externo a vos. Lastimosamente con este enfoque, será más difícil sentirte mejor en lo que queda de la pandemia porque estás dándole el control de tu bienestar a algo externo a vos.

“Me falta orden” “Me falta paz” “Me falta confianza” etc, etc…

Si respondiste esta pregunta similar a estas respuestas entonces sentís que te falta algún recurso interno para sentirte mejor. Con este enfoque, no solo tenes la posibilidad de sentirte mejor, sino que también podrás desarrollar tu mejor versión durante el tiempo restante de la cuarentena.

Pensando en algún recurso: ¿Qué sentís que te falta para sentirte mejor? ¿Qué crees que podés hacer para empezar a desarrollarlo? Esto si está en tus manos y si sentís que sólo no lograrás desarrollarlo, siempre podés buscar ayuda de un profesional para hacerlo.

Hábitos que facilitan el bienestar emocional en aislamiento:

Debemos intentar desarrollar la RESILIENCIA. Esto es la capacidad de desarrollarse psicológicamente con normalidad a pesar de vivir en situaciones de estrés prolongado. Permite hacer frente a adversidades y salir fortalecido de experiencias negativas.

Cuando no hay resiliencia, no nos podemos adaptar. La resiliencia es como un músculo y hay que ir trabajando como cualquier entrenamiento físico que hacemos.

Cómo desarrollamos resiliencia:

  • Aceptación
    • No neguemos la realidad que vivimos, aceptémosla permitiéndonos sentir nuestras emociones a la par.

Préstale atención a tu cuerpo y a tus emociones. No niegues lo que sentís. Acepta cuando te sentís mal; es normal sentirse mal en una crisis. Presta atención a las señales corporales – porque las emociones las sentimos FÍSICAMENTE. 

La ansiedad es lo mas común ahora mismo y algunas manifestaciones físicas de esta emoción son la taquicardia, dolores de cabeza, temblores, dolores de panza, fatiga, respiración agitada, nausea, dolores musculares, sudoración. Antes de auto diagnosticarte una enfermedad, pensa en qué te esta pidiendo tu cuerpo; ¿un descanso? ¿actividad física? Es importante que sepas diferenciar entre señales físicas de un estrés emocional y señales físicas de una enfermedad, especialmente en tiempos de pandemia. 

  • Controlar lo que puedo, Soltar lo que no
    • Yo controlo mis acciones, mis reacciones, mi rutina, mis limites, mis elecciones

Cambia tu foco de lo que no podes controlar a lo que si podes controlar y acciona en ese momento. Lo primero: ir haciendo lo que puedo con lo que tengo: rutina, limites, alimentación, descanso, ejercicio y el factor agregado del ORDEN. Hacer todo de manera ordenada – en tiempos, en tareas, en espacio – ayuda a que no deje las cosas a medias. Sin orden, viviremos con ansiedad el día a día por no poder enfocar 100% de nuestra atención en UNA tarea a la vez.

  • Flexibilidad del pensamiento y Creatividad
    • Si no puedo hacer algo que me gusta fuera de mi casa, veo la manera de hacerlo dentro de mi casa.

Debemos trabajar con la flexibilidad ante todo. El mundo cambió y para desarrollar la resiliencia y poder salir adelante de esta crisis tenemos que aprovechar AHORA para cultivar las cualidades que queremos ver en el mundo. Si no puedo salir con mis amigos, hago una videollamada y brindo con ellos virtualmente. Si estoy por perder mi trabajo, veo que necesita el mundo en este momento y me ingenio para crear un servicio que sea ayude a otros en este tiempo.

  • Independencia y Solidaridad
    • La independencia permite que sea yo quien controle mi actitud ante cada situación.

No te fusiones con los quiebres que tengas ahora porque no definen quien sos. Pero debes saber que si es un buen momento aprovechar esta situación para cambiar los hábitos que no te ayudan a sentirte y vivir mejor.

Es ahora que tenemos que aprender a ser pacientes con los miembros de nuestras familias. Cada uno tiene un estilo distinto de manejar la situación y sus sentimientos y esta viviendo la pandemia de una manera diferente, pero lo más importante es saber que cada persona está haciendo lo mejor que puede en este momento. 

¿Cómo puedo ayudar?

Seamos solidarios. ¿Qué necesita el mundo ahora? ¿Qué necesita mi familia ahora?

Un organigrama familiar puede ayudar a mantener las relaciones familiares estables, no invasivas y positivas. Teniendo una rutina familiar podremos trabajar en equipo sin invadir el espacio personal de cada miembro. Además, se pueden incluir tiempos de compartir entre todos con juegos o cocinando algo rico o viendo películas etc. De esta manera, al terminar la cuarentena, no solo habremos sobrevivido el peso emocional causado, sino que saldremos fortalecidos como comunidad familiar, y esto, llevará a que como comunidad a nivel de sociedad y país también salga fortalecido.

Ya tenemos suficiente critica con nuestra propia voz interna. Seamos amables. Seamos solidarios. Divulguemos amor. Nos hace bien a todos escuchar que nos digan cosas lindas y reconozcan nuestro esfuerzo. Porque, al fin y al cabo, todos hacemos lo que podemos con lo que tenemos, incluyendo recursos emocionales. Y no olvides lo más importante, no estás solo/a. Estamos todos juntos en esta lucha. Es una pandemia que se esparce cuando estamos todos juntos y también es una pandemia que la vamos a vencer trabajando y ayudándonos TODOS JUNTOS.

– Psicóloga Constanza Báez

@psiconsb

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